Cómo medir el retorno de inversión (ROI) en los viajes de empresa

Los viajes de negocios suponen una inversión importante para cualquier organización. Desde billetes y alojamientos hasta dietas, reuniones y eventos, los costes pueden acumularse rápidamente. Pero más allá de los números, lo realmente relevante es saber cómo medir el retorno de inversión (ROI) en los viajes de empresa. Es decir, cómo valorar el impacto real que tienen esos desplazamientos en los resultados del negocio.

Medir el ROI no solo permite justificar el gasto ante la dirección financiera, también ayuda a tomar decisiones más inteligentes. Con una estrategia clara, puedes identificar qué viajes aportan más valor, cuáles podrían optimizarse y cómo alinear la movilidad con los objetivos de la empresa. 

Por qué es importante medir el ROI en los viajes de empresa  

Durante mucho tiempo, los viajes de negocios se han considerado un gasto necesario, pero poco analizado. Sin embargo, en un contexto donde la eficiencia y la sostenibilidad son prioridades, medir su retorno se ha vuelto imprescindible. 

Saber qué aporta cada desplazamiento permite: 

  • Optimizar presupuestos. Identificar viajes con bajo rendimiento o duplicidades. 
  • Justificar decisiones. Mostrar el valor tangible que generan los desplazamientos. 
  • Mejorar la planificación. Invertir más en los viajes que impulsan crecimiento o fidelización. 
  • Favorecer la transparencia. Con datos claros, las políticas de viajes se aplican con mayor coherencia. 

En resumen, lo que no se mide no se puede mejorar. Y los viajes corporativos no son la excepción. 

Cómo definir el ROI en los viajes de empresa 

El ROI en los viajes de empresa mide la relación entre los beneficios obtenidos y los costes asociados. Aunque puede parecer un cálculo financiero, su alcance es más amplio, ya que incluye factores cualitativos.  

Sin embargo, el reto está en definir qué se entiende por “beneficios generados”. Estos pueden ser directos —como un nuevo contrato o cliente— o indirectos, como la mejora de relaciones, la formación o el posicionamiento de la marca. Por eso, el análisis debe adaptarse al tipo de viaje y a sus objetivos específicos. 

Establecer objetivos medibles antes del viaje 

La clave para medir bien el ROI es empezar antes de viajar. Cada desplazamiento debe tener un propósito claro y medible. 

Ejemplos de objetivos: 

  • Cerrar un acuerdo o renovar un contrato. 
  • Participar en un evento para captar nuevos clientes. 
  • Formar o certificar equipos internacionales. 
  • Evaluar nuevos proveedores o socios estratégicos. 

Asignar indicadores concretos —como número de leads generados, volumen de ventas o ahorro conseguido— permite evaluar el resultado de manera objetiva una vez finalizado el viaje. Además, documentar los objetivos en la política de viajes o en el sistema de aprobación ayuda a mantener la coherencia y la trazabilidad de cada desplazamiento. 

Recolectar datos durante y después del viaje 

El seguimiento de datos es fundamental para obtener conclusiones precisas. Algunas empresas solo registran los gastos, pero eso muestra solo una parte del cuadro. 

Es recomendable recopilar información en tres dimensiones: 

  • Económica. Gastos directos (vuelos, hoteles, dietas, transportes) e indirectos (tiempo de desplazamiento, horas improductivas). 
  • Operativa. Cumplimiento de la política, incidencias logísticas, cancelaciones, eficiencia en las reservas. 
  • Estratégica. Resultados obtenidos: nuevos contratos, oportunidades abiertas, satisfacción del cliente o formación completada. 

Las plataformas de gestión de viajes facilitan este proceso mediante reportes automáticos y paneles personalizados que integran datos financieros, logísticos y cualitativos. 

Factores cuantitativos y cualitativos en el cálculo del ROI 

No todo el valor de un viaje se refleja en euros. La rentabilidad también se mide en términos de relaciones, reputación y aprendizaje. 

Factores cuantitativos: 

  • Ingresos directos generados. 
  • Ahorros conseguidos mediante negociaciones. 
  • Reducción de costes frente a alternativas virtuales. 
  • Productividad ganada gracias a reuniones presenciales efectivas. 

Factores cualitativos: 

  • Fortalecimiento de relaciones comerciales. 
  • Motivación y compromiso del empleado. 
  • Mejor conocimiento del mercado o del cliente. 
  • Imagen positiva de la empresa en ferias o congresos. 

Combinar ambos tipos de indicadores ofrece una visión más real del impacto del viaje en el negocio. 

Herramientas tecnológicas para medir el ROI 

El uso de tecnología es clave para analizar de forma eficiente el retorno de inversión. Hoy existen soluciones que integran datos financieros, reservas y objetivos de negocio. 

Algunas herramientas útiles son: 

  • Dashboards de análisis en tiempo real. Permiten visualizar costes, ahorro y resultados. 
  • Plataformas de Business Intelligence (BI). Cruzan información de viajes, ventas y clientes. 
  • Apps de seguimiento de reuniones. Miden la eficacia comercial tras cada visita. 
  • Integraciones con ERP o CRM. Relacionan viajes con ingresos o cierres de negocio. 

Cómo interpretar los resultados 

Una vez recopilados los datos, el siguiente paso es analizarlos con criterio. No se trata solo de ver si se ha ganado o perdido dinero, sino de entender por qué. Identificar patrones permite ajustar la política de viajes, priorizar destinos estratégicos y renegociar acuerdos con proveedores. Algunas preguntas útiles: 

  • ¿Qué tipo de viajes generan mayor retorno? 
  • ¿Qué áreas o equipos optimizan mejor sus desplazamientos? 
  • ¿Cuáles son los costes más difíciles de controlar? 
  • ¿Hay diferencias entre mercados o destinos? 

Cómo comunicar el ROI internamente 

Medir no sirve de nada si los resultados no se comparten. Comunicar el ROI de los viajes corporativos es una oportunidad para demostrar el valor del área de viajes dentro de la empresa. Puedes elaborar informes visuales y presentaciones periódicas para la dirección, destacando: 

  • Resultados obtenidos frente a objetivos. 
  • Casos de éxito con impacto directo en el negocio. 
  • Oportunidades de mejora detectadas. 

Esto refuerza la credibilidad del programa de viajes y facilita la aprobación de nuevos presupuestos. 

Medir para mejorar 

Medir el retorno de inversión en los viajes de empresa no es solo una cuestión financiera. Es una herramienta estratégica para entender qué funciona, optimizar procesos y demostrar el impacto real de cada desplazamiento. Cuando combinas tecnología, objetivos claros y análisis continuo, cada viaje se convierte en una fuente de aprendizaje y mejora. 

En BCD Travel te ayudamos a transformar tus datos de viaje en decisiones más inteligentes, conectando cada desplazamiento con los resultados que realmente importan. 

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