Disfrutar de la cultura y gastronomía en Bilbao es una propuesta perfecta para desconectar de la rutina un fin de semana.
A la archiconocida tradición culinaria vasca se suma en esta ciudad una nutrida oferta cultural y de ocio que la convierte en un destino perfecto para cargar pilas en cualquier época del año.
Hoy en nuestros #MiércolesViajeros Icíar Isla, asesora de BCD viajeros en la zona Norte, nos guía por algunos de los rincones imprescindibles para conocer la cultura y la gastronomía de Bilbao.
Cultura y gastronomía en Bilbao: un tándem irresistible
La llegada del otoño y la bajada de temperaturas hacen que el viajero prefiera planes en los que regalarse buenos platos de cuchara que alimenten el cuerpo y propuestas culturales a cubierto con las que solazar el espíritu. Y precisamente en ambos aspectos es un referente Bilbao.
La capital de Vizcaya es –como cualquier destino de Euskadi– una apuesta segura a la hora de disfrutar de la buena mesa. Y si bien es cierto que la gastronomía es cultura en sí misma, el sabor de Bilbao se potencia desde finales de los noventa con la llegada del Museo Guggenheim. La nave de titanio de Frank Gehry no sólo cambia el paisaje de Bilbao –hasta entonces industrial y de marcado tono gris–, sino que también convierte la ciudad en un referente internacional del arte contemporáneo.
La magia del Guggenheim
El propio Frank Gehry afirma que inspiró el diseño del museo en el propio puerto que hizo de Bilbao una ciudad clave en el norte de España. De hecho, su forma, que recuerda un navío, parece dialogar con la ría de Bilbao. Además, las más de 30.000 planchas de titanio que recubren la construcción, que cambian de tonalidad en función de la atmósfera que regale el día, recuerdan la tradición industrial bilbaína.
La inauguración del Guggenheim, en 1997, hizo de Bilbao una capital internacional del arte y esto supuso un impulso inmenso para la economía bilbaína y, a la postre, una transformación de la urbe que se conoce como «el efecto Bilbao».
En un paseo por la ciudad, el viajero podrá comprobar cómo el diseño y la arquitectura impregna cada rincón de la urbe, empezando por el paseo de Abandoibarra, donde turistas y bilbaínos, runners y familias, se encuentran y se mezclan cada día. Desde allí pueden divisarse otros edificios de reciente construcción que configuran el skyline bilbaíno, como las torres Isozaki o la de Iberdrola.
En cualquier álbum viajero de Bilbao encontraremos un protagonista de excepción: Puppy, la icónica escultura floral moderna realizada por Jeff Koons, que parece dar la bienvenida a la entrada del Guggenheim.
Una vez en el entorno de esta nave de titanio, el Guggenheim regala al visitante un viaje por iconos culturales del arte contemporáneo. Su colección incluye obras de Rothko, Chillida, Richard Serra o Louise Bourgeois, autora de Maman, la famosa araña gigante esculpida en bronce, mármol y acero inoxidable que se levanta en una de las explanadas que rodean al museo.
Otros referentes de diseño, más allá del Guggenheim, son también el metro de Bilbao y Azkuna Zentroa (anteriormente conocido como Alhóndiga Bilbao), un antiguo almacén de vino reconvertido en centro de ocio y cultura.
Bilbao, referente de la buena mesa
Escoger un único restaurante en Bilbao donde disfrutar de la tradición culinaria vasca es una misión harto complicada. No obstante, nuestra compañera Icíar Isla apuesta por la carta del Yandiola, situado en el antes mencionado Azkuna Zentroa.
Tradición y vanguardia, sabores clásicos con un toque de innovación, son las señas de identidad del Restaurante Yandiola, una auténtica referencia de ese ‘nuevo Bilbao’ que se reinventó a la luz del Guggenheim.
En este templo gastronómico el comensal adquiere un gran protagonismo, ya que puede disfrutar del proceso de elaboración de los platos que degustará a través de la ventana panorámica que tiene la cocina.
El producto de proximidad es el auténtico rey de la carta, en la que el maridaje cobra gran importancia. Ya que la antigua Alhóndiga era un almacén de vinos, el restaurante que ahora se ubica allí ha querido rendir culto a esta historia apostando por una carta de caldos de excepción.
Otro restaurante imprescindible en la ruta de cualquier gourmet que se precie es el Azurmendi. Con tres estrellas Michelin (el templo que más rápido las ha conseguido en la historia de la famosa guía), allí encontraremos no sólo un referente de sabores a cargo del chef Eneko Atxa, sino también una apuesta por la sostenibilidad arquitectónica en su construcción.
Un paseo por la ría de Bilbao
En cualquier visita a Bilbao, la ría es uno de los puntos claves para recorrer la ciudad y no perderse nada. A través de esta arteria llegaban los barcos a la ciudad y hoy, aunque la urbe se ha transformado, sigue siendo un ‘camino’ clave en la vida diaria bilbaína.
Uno de los puentes que la cruzan es el Puente Bizkaia, una verdadera joya de la arquitectura industrial, declarado Monumento de la Humanidad por la Unesco. Junto a este puente colgante destacan también el Zubizuri o la pasarela Arrupe, iconos éstos de la transformación de Bilbao, además del puente de San Antón, que recuerda la historia de la ciudad.
La propia ría nos llevará al casco viejo de Bilbao, un oasis de sabores donde disfrutar de txikitos y pintxos en sus famosas ‘siete calles’.
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